Raivyn Summerfield fue una defensora de la donación de órganos y tejidos, gracias a la explicación de su madre sobre la importancia del regalo de vida después de la muerte de un miembro de su familia que se había convertido en donante.

“Ella era implacable en el tema”, recuerda a su madre, Tracie Perbtani. “Raivyn educaría a cualquiera acerca de la donación mirándolos a los ojos y preguntándole directamente a la persona, “es usted un donante de órganos registrado?“

Cuando un terrible accidente tomó la vida de Raivyn en 2012, Tracie no tenía ninguna duda de que Raivyn quería donar sus órganos. En el peor día de sus vidas, Tracie y su familia hicieron lo que Raivyn habría querido, salvando la vida de cuatro personas. Entre ellos se encontraba Annemarie Ward, una mujer de 18 años de edad que había luchado con enfermedad cardíaca desde que tenía sólo siete años de edad.

Annemarrie y Tracie ahora tienen una relación, y Annemarie dice, “tengo un nuevo corazón y una nueva vida. Por fin estoy libre. La generosidad, amabilidad y calidez de la familia de Raivyn ha sido increíble”.